La película documental va haciendo un recorrido por el doloroso y vergonzoso pasado de la historia política del país matizándola con la versión dulce - algo más que entendible - de un hijo que tuvo como padre a un ser que a causa de su grandiosa fortuna le brindó una niñez soñada y excéntrica que incluyó la también exuberante Hacienda Nápoles. Pero ante todo la intención es mostrar a un joven que al igual que los hijos de Galán y el de Lara Bonilla ha sido una aparente víctima del trágico legado de su padre así como lo prueba su exilio y el cambio de nombre, ahora llamado Juan Sebastián Marroquín.
Lo que más se puede destacar de este documento fílmico es, por sobre todo, el logro de un director por generar la confianza en el hijo de Pablo para que regresase al país, se atreviera a enfrentarse a un cámara, saliera a la luz y contara su propia historia, además de propiciar la atmósfera casi perfecta que lo llevara a la elaboración de una carta pidiendo perdón por los crímenes de su padre y el posterior encuentro con los hijos de Galán y Lara Bonilla.
En un país en donde la lista de crímenes es interminable, la premisa del documental es sembrar las semillas del perdón y la reconciliación, pero es esta misma premisa la que se convierte en el punto más debatible. El tema del perdón debió venderse como un “ejemplo más” de reconciliación de un pueblo que está acostumbrado a perdonar de manera peculiar y hacerlo con asombrosa velocidad a fuerza de tanto vejamen. Tengamos en cuenta que lo que muchos llamamos indolencia ante tanta violencia, puede ser una forma sincera de blindarse y perdonar.
No se discute acerca la propuesta bonachona de este director argentino, Nicolás Entel, pero es igual de debatible el aparente y “genuino” espíritu de perdón que embriaga a los dos bandos de esta historia. Debemos tener en cuenta que tras largas charlas, el director es quien propone a Juan Sebastián Marroquín redactar una carta que le abra las posibilidades no solo de entrar en contacto con los hijos de Galán y el de Lara, sino que le permitiera regresar nuevamente a su tierra. Por eso no deja de quedar cierto halo de duda sobre la verdadera sinceridad de estimular el encuentro del director por parte de unos hijos curtidos ya en el tema de hacer lo conveniente para conservar los intereses políticos de cada cual.
No hay que dejar de reseñar el aplausible esfuerzo, sobre todo de los hijos de Galán, por vivir este capítulo dentro de esta bien montada historia ingeniada por Entel, pero aquí el verdadero perdón se dará cuando ellos por fin conozcan la absoluta verdad de lo que sucedió y de paso eso “si” sirva de ejemplo que permita hacer la real justicia con cada uno de los asesinatos ocurridos en el país por pequeños que estos sean.
Sinopsis
Historia de Pablo Escobar, el más famoso y temido narcotraficante de todos los tiempos, contada por primera vez por su hijo, Sebastián Marroquín y con la participación de su madre, María Isabel Santos. Sebastián recuerda su extraordinaria infancia, creciendo con un padre al que adoró, pero quién supo ser también el enemigo número uno de Colombia. Sebastián y su madre dieron acceso en forma exclusiva a sus archivos privados, los mismos que durante muchos años tuvieron escondidos como parte de una reserva familiar. Incluye docenas de videos, cientos de fotografías, cartas, documentos y hasta audio casetes grabados hace más de quince años por el propio Escobar.
Fuente: www.cinevistablog.com
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