El Día de la Tierra marca cada año la conmemoración del aniversario del nacimiento, en 1970, del movimiento medio ambiental tal como la conocemos hoy en día, cuando el senador americano Gaylord Nelson animó a los estudiantes para que desarrollasen proyectos de sensibilización medio ambiental en sus comunidades. Gaylord Nelson, senador de Wisconsin, fue quien propuso la primera protesta de medio ambiente más importante de Estados Unidos para movilizar a los políticos y forzarlos a que incluyan la problemática del medio ambiente en la agenda nacional.
Reconociendo que la Madre Tierra refleja la interdependencia que existe entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos, la Asamblea General declaró el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra para destacar la necesidad de ayudar a mejorar las vidas de los niños y los adultos que sufren del desorden para que puedan llevar una vida plena y significativa.Reflexionamos sobre nuestra relación con el planeta que nos sustenta. El aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra en la que crecen nuestros alimentos forman parte de un delicado ecosistema mundial que está sometido a una presión cada vez mayor a causa de las actividades humanas. La pesada mano de la humanidad se manifiesta en la deforestación tropical y el agotamiento de la pesca oceánica, en la creciente escasez de agua dulce y la rápida disminución de la diversidad biológica y en cielos y mares cada vez más contaminados en muchas partes del mundo.
A medida que crece nuestra población, debemos reconocer que nuestro consumo de los recursos del planeta es insostenible. Es necesaria una transformación mundial de actitudes y prácticas. Es especialmente urgente abordar la manera en que generamos la energía que impulsa nuestro progreso. La quema de combustibles fósiles es el principal factor del cambio climático, que constituye una creciente amenaza a la prosperidad y la estabilidad en todas las regiones.
La adopción de medidas respecto del cambio climático ofrece múltiples oportunidades para replantear nuestra relación con la Madre Tierra y mejorar el bienestar humano, especialmente para los más pobres y vulnerables. La energía sostenible para todos puede mejorar la salud, la riqueza y las oportunidades de miles de millones de personas, como también pueden hacerlo la agricultura climáticamente inteligente, una mayor eficiencia de las ciudades y una mejor gestión y protección de los bosques.
Es hora de que invirtamos en energías renovables y en eficiencia energética, reconstruyamos nuestras ciudades y empecemos a resolver el problema del cambio climático.
No hay comentarios :
Publicar un comentario