Morir no duele mucho de Emily Dickinson




Morir no duele mucho:
nos duele más la vida.
Pero el morir es cosa diferente,
tras la puerta escondida:

La costumbre del sur, cuando los pájaros
antes que el hielo venga,
van a un clima mejor. Nosotros somos
pájaros que se quedan:

Los temblorosos junto al umbral campesino,
que la migaja buscan,
brindada avaramente, hasta que ya la nieve
piadosa hacia el hogar nos empuja las plumas.

Emily Elizabeth Dickinson (1830 - 1886 Estados Unidos)

La poetisa estadounidense utiliza un lenguaje muy sencillo, pero su sintaxis compleja dibuja una rica variedad de connotaciones a partir de palabras corrientes.

- Nació en el seno de una familia puritana y severamente religiosa. Amplió estudios en la academia de Amherst y en el seminario femenino de Mount Holyoke, South Hadley, en Massachusetts.
- Escribió unos dos mil poemas y unas mil cartas sin salir apenas de su casa de Amherst. La primera figura literaria de la época en darse cuenta de su valía como poetisa fue el clérigo y escritor Thomas Higginson, que le aconsejó no publicar su obra ya que iba en contra de las convenciones literarias de la época. Pero su otra influencia literaria, la novelista Helen Jackson, intentó convencerla para que publicara un libro de poemas. En vida tan sólo publicó siete, pero tras su muerte se encontraron entre sus papeles 2.000 poemas, algunos de los cuales sólo eran fragmentos. A partir de este material, Higginson y Mabel Loomis Todd, una amiga de Amherst, editaron la primera selección de su obras, Poemas (1890), que tuvo un gran éxito popular.
- Muchos de sus poemas se centran en temas relacionados con la muerte y la inmortalidad, dos temas también recurrentes en las cartas que enviaba a sus amigos.
- En 1958 apareció publicada una edición en tres volúmenes de su correspondencia.


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